Se inspira de varias disciplinas como la relajación, el yoga, el budismo tibetano, el zen japonés, la filosofía fenomenológica y la hipnosis. Utiliza herramientas como la respiración, la meditación y la evocación positiva como soporte para los ejercicios físicos y mentales propuestos en las técnicas. Es una práctica no táctil, guiada únicamente por la voz del sofrólogo. Puede realizarse en sesiones individuales o en grupo.

Es adaptable y útil para responder a diferentes problemáticas personales o profesionales. Por ejemplo, aprender a gestionar mejor el estrés y las emociones, tratar los trastornos del sueño, ejercitar la concentración y la memoria, recuperar la confianza y la autoestima, aprender a desacelerar y dedicarse tiempo a uno mismo, especialmente para prevenir el burn-out, y cambiar su percepción de las cosas para lograr bienestar y una mejor calidad de vida a diario.

Un entrenamiento para el «bienvivir»

La Sofrología es un entrenamiento para percibir la vida de otra manera.

Su práctica permite percibir lo que ocurre en el cuerpo, acoger las sensaciones, los pensamientos y las emociones, sin juzgar ni interpretar, y así liberarse del filtro actual que uno tiene para acceder a todos sus posibilidades del Ser. El entrenamiento también favorece la reconexión con los recursos de uno mismo, el desarrollo de sus capacidades y potenciales, y la toma de conciencia de sus valores de vida.

La fuerza del método reside en la repetición mediante el entrenamiento. Es precisamente el entrenamiento que permitirá el cambio, la memorización del cambio por el cuerpo y el cerebro, y la obtención del resultado deseado.